¿Sabías que un 25% de los embarazos no terminan en el nacimiento de un bebé? Muchas mujeres sufren uno o varios abortos antes de poder traer al mundo a esa criatura tan deseada, otras sufren un aborto después de haber tenido hijos…Â aunque es algo muy frecuente, muchas veces no sabemos lidiar con los sentimientos que nos produce nuestro embarazo fracasado.
¿Cómo puedes enfrentarte a la pérdida de un embarazo?
En primer lugar, no hay una manera “adecuada” de enfrentarse a la pérdida, pero es importante saber que todo lo que estás sintiendo sí que tiene sentido, sí es importante y sí es normal. Tu cuerpo experimentará cambios hormonales muy bruscos que intensificarán los sentimientos de tristeza, culpabilidad, enojo, depresión, incredulidad… Además, es normal sentir fatiga, dificultad para dormir, dificultad para concentrarte, pérdida de apetito y una fuerte necesidad de llorar.
Algunas mujeres conectan con su bebé desde el primer momento que saben que están embarazadas. No se puede explicar cómo se forma ese lazo, pero es muy fuerte y muy real, y por eso, aunque el aborto haya sucedido en las primeras semanas, la sensación de pérdida es devastadora. Podrás tener otros hijos, sí, pero has perdido a este. La gente puede decir “no pasa nada, ya tendrás más”, pero tú sabes que nadie podrá reemplazar al que has perdido.
- Necesitas tiempo para sanar.
- Necesitas hablar con alguien que ha pasado lo mismo que tú. Los demás, simplemente, no lo entienden.
- Necesitas recordar a tu bebé. Si sabes el sexo, no dudes en ponerle un nombre. Además, puedes hacer algo bonito para recordarle: plantar un árbol, hacerte un tatuaje, elegir una joya que puedas llevar en su honor…
- Necesitas aceptar tu dolor, no minimizarlo o ridiculizarlo. No te esfuerces por convencerte de que no es tan importante. Es verdad que no hay un cuerpo que enterrar, ni recuerdos que rememorar, pero tú sí has sufrido una gran pérdida, porque ese bebé era tu hija o tu hijo.
- Sé paciente con tu pareja. Los hombres no suelen formar lazos fuertes con el bebé hasta que haya nacido. No esperes que sienta lo mismo que tú porque no puede. Él no debe sentirse culpable por eso, pero sí debe escucharte, intentar comprenderte y aceptar tu dolor.
- No pierdas tu alegría. El gozo de vivir es la mejor medicina para el alma y para el cuerpo. Sé feliz siempre.
© Autor:Â Rebeca Byler.