¿Algunas te han tildado de anormal? ¿Te han dicho que no te comportas como el resto de tu familia? ¿Nadie sabe de dónde sacas esas ideas locas? ¿A veces incluso te sientes desubicada?
Claramente padeces del síndrome de la anormalidad.
Tu diagnóstico: Padeces el síndrome de la anormalidad
Habiéndote enterado ahora de esto, no corras hacia el botiquín en busca de medicina: no es algo contagioso, ni se quita tomando pastillas, haciendo dieta o ejercicio. Es más, sería conveniente dejar de resistirlo y simplemente aceptarlo gritando con alegría: “YO SOY ANORMAL”
¿Qué es ser anormal?
A efectos de lo que hoy queremos hablar, se trata de un sufijo que implica negación a seguir las normas y reglas fijadas, por lo tanto, ser anormal es ser una persona que no está dentro de la norma establecida por la familia o la sociedad a la que pertenece; es alguien que va por su cuenta, sin seguir el camino de la vida que los demás esperan que siga.
*Por supuesto al sugerir que puede ser bueno y positivo ser anormales no estoy hablando de casos de anormalidad extrema, ilícita, o con intención perversa e insolidaria… sino de reconocer y aceptar que tal vez seamos diferentes a lo que se considera normal, pero para bien.
Lo positivo de ser anormal:
Ser anormal es atrevernos a salir de lo impuesto, no por mera rebeldía sino porque observamos que eso que la gente sigue no es lo nuestro, y que no estamos dispuestas a ser sólo una más en el rebaño.
Ser anormal es emprender los sueños, dejar de guardarlos en el cajón del deseo y volverlos realidad, aunque con ello parezca que no se tenga éxito. No es por llevar la contraria, sino porque esa dirección es algo que nos motiva.
Ser anormal te lleva a estar dispuesta a definir y realizar lo que tú misma realmente quieres para tu vida, no por imposición de los demás sino por interés propio. Sigue tus propios directrices y sueños, pero sin imponerlo sobre los demás.
Cómo saber si eres anormal:
Ahora piensa en todas aquellas cosas que te definen como “anormal” ¿Quieres casarte? ¿Quieres tener hijos? ¿Quieres ser madre soltera? ¿Quieres divorciarte de un hombre bueno, pero con el que no eres feliz? ¿Quieres renunciar a tu maravilloso empleo para dedicarte a tu vocación? ¿Lo tienes todo y quieres dejarlo todo? ¿Amas a un hombre casado, pero no quieres enredarte con él? ¿Te separaste de tu pareja porque te fue infiel, pero lo perdonaste?
Si respondiste a varias de estas preguntas de un modo diferente a lo que sabes que respondería la mayoría:
¡FELICIDADES ERES ANORMAL!
Tu alma es un alma creadora y no imitativa, no se consuela con seguir los pasos de otros, eres de ese tipo especial y escaso de mujeres que están decididas a dejar sus propias huellas, aunque eso tenga un alto precio emocional. Vivimos en una sociedad a la que le cuesta aceptar a quienes son diferentes, una sociedad que tiende a excluir a los que no son normales… No permitas que eso te detenga y cambie tu forma de ser. Es tu vida, y tienes el derecho divino de gozarla según tu propio criterio, incluso de forma anormal.
Sólo quienes se atreven a vivir una vida anormal pueden llegar a conocerse íntegramente a sí mismos, porque día a día corren el riesgo de vivir la aventura de SER aquello que sienten.
© Autor: Chuchi González.
ser anormal o es llevar la contra sino que simplemente no pensar igual qu el resto y cuando se dice lo que se pinsa y por no estar de acuerdo con el resto te tildan de rara o de comunista. a veces siento k es mejor no hablar pero a la vez quiero hablar y expresar lo que siento 🙁
Amiga anónimo, 181.
Por supuesto que no mi amiga, creo que ningún ser humano, podría pedir o esperar que otro ser humano que piense igual, creo que lo tuyo es más bien un caso de opiniones, todos tenemos el derecho de expresar lo que sentimos, pero muchas veces depende de cómo se dice lo que queremos hacer entender a otras personas, no le veo nada de “raro” a una persona que simplemente opina, gracias por compartir en nuestro portal de amor.
Amiga siempre:
Amanecer cautiva.