¿Crisis de los 40? Tal vez las mujeres también la suframos, pero en especial, la disfrutamos. Porque es la edad de la madurez y la rebelión: Hemos aprendido a aceptarnos tal como somos.
La temida edad de los 40 años:
Toda la vida hemos oído sobre la temida crisis de los cuarenta como si fuese algo horrible que nos sucederá a todos sin que podamos hacer nada por evitarlo, como si acercarse a los cuarenta fuese el comienzo de una dura cuesta abajo, el fin de nuestra amada juventud y, peor aún, el principio de la temida madurez que nos llevará, más pronto que tarde, a la vejez.
Dicen, además, que somos las mujeres las que peor lo pasamos, quizás porque piensan que tenemos más miedo a envejecer. ¿Será verdad? ¿Nos da miedo envejecer?
La verdad sobre la crisis de los cuarenta:
Quizás esto de “la crisis” sea puro cuento, porque lo que oigo a las mujeres de cuarenta años decir (y yo me incluyo) es algo totalmente diferente a eso de que están pasando por una horrible crisis. Podríamos decir que lo que estamos viviendo es una liberación:
A los 40 nos liberamos:
No, no estamos rodando cuesta abajo sino bailando arriba del todo, triunfantes, en la cima. Hemos encontrado la ansiada confianza en nosotras mismas. Hemos encontrado fuerza y capacidad de decisión. También hemos conseguido madurez, por supuesto (porque si a estas alturas no hemos adquirido algo de madurez habremos perdido el tiempo). Hemos descubierto que nos da igual lo que piensen de nosotras porque por fin sabemos quiénes somos y qué queremos hacer con nuestra vida.
Nos sentimos más en control, más preparadas y mucho más felices. Y si descubrimos que no somos felices con nuestra vida tal y como está, la cambiamos. Quizás por eso lo llamen crisis, porque ya no estamos dispuestas a soportar aquello que nos roba la alegría. Porque sabemos que ahora es el momento de sentirse satisfechas, de olvidar los miedos y de tomar el toro por los cuernos.
¡Que viva la crisis de los 40!
Sí, nos hemos dado cuenta de que el tiempo pasa muy rápidamente y de que debemos actuar pronto si no queremos olvidarnos de nuestros sueños. Sí, nos replanteamos muchas cosas. Sí, nos hemos dado cuenta de que nuestros cuerpos ya no son como cuando teníamos veinte. Pero no, no estamos desesperadas, ni mucho menos. No volveríamos atrás. Felices, fuertes y decididas, eso es lo que somos. Y si esto es crisis… ¡que viva la crisis de los 40!
© Autor: Rebeca Byler.
Quien le tema llegar a los cuarenta que no nazca. Esa es la edad de empezar
un nuevo comienzo en nuestras vidas. Es una edad que nada nos molesta
porque ya hemos vivido lo suficiente para saber hacia donde nos dirigimos.
Esa edad yo me la disfrute porque adquirí más madurez y pensar mas en los
compromisos, que hay que cumplirlos. Así que cuando lleguen a esa edad
disfrútenla a capacidad porque son 10 años magníficos para vivir nuestra vida
llena de felicidad.
Muchas gracias a nuestra querida colaboradora Rebeca, por presentar un tema
que le interesa mucho a las mujeres. Yo los llamo los temidos cuarentas porque
nadie desea llegar a ellos. Una vez más en soledad en la casita, vamos mujeres
animesen y venga a ella que esta llena de ternura,amor, cariño y mucho calor
hum. Las amo y un fuerte abrazo….José
APRECIADO AMIGO JOSÉ A. PIZARRO.
Gracias mi amigo, por una vez más hacerte presente en primera fila en tan interesante tema que nos ha traído nuestra amiga Rebeca Byler.
Tal y como sabemos, nacer o no nacer no es una opción, creo que lo que realmente les falta a las personas que le tienen temor a la edad es aprender que cada edad tiene su propio encanto, todos los días aprendemos algo nuevo, la vida en nuestras diferentes etapas, nos da la opción de empezar de nuevo, pero creo que lo más importante, es poner en práctica lo que vamos aprendiendo y por supuesto, es muy importante también recordar que no somos perfectos, que estamos expuestos a cometer errores en cualquier momento y a cualquier edad.
Se agradece en todo lo que vale tu presencia, te envió un abrazo.
Amiga siempre:
Amanecer cautiva.
Efectivamente es un parte aguas esa edad, en mi caso aparecieron enfermedades de presión alta, tiroides, un divorcio, etc. etc. situaciones que me hicieron replantearme mi vida y como quería vivir los próximos años. si la quería con enfermedad, simplemente dejar las cosas como las estaba llevando, pero si quería una madurez con salud, era hacer cambios drásticos en mi forma de comer y hacer ejercicio diario
En la parte emocional, deje de buscar otra persona para que me complementará, empecé a conocerme, a quererme, a valorarme, cosas que tristemente nunca hice y fue sorpréndete los cambios internos que se dieron en mi, ya no me importaba si estaba sola, porque ya no me sentía sola, estaba a gusto conmigo misma, empecé a quitar gente toxica en mi vida, empecé a ver de manera diferente a los hombres y ver quienes realmente valían la pena y a no engancharme con gente que no me convenía.
La parte espiritual también ha sido importante, llene mis pensamientos de cosas positivas, de meditaciones que me hacían sentir mejor emocionalmente y encontré finalmente mi paz interior.
Bendita Crisis de los 40´y 50´s porque ahora se lo que quiero, como lo quiero, donde y cuando.. ya no me siento como veleta sin rumbo. ahora soy yo y después yo… un abrazo.
A pesar de una separación en mis 42 años, para mi los cuarenta y tantos años son la mejor época de mi vida, soy independiente, un trabajo seguro, y mis hijos ya grandes, tengo mas tiempo para mi, me acercado mas a mi familia con vivo mas con ellos, papas, hermanos, tios, primos, sobrinos, etc. como que la gente te ve diferente, te respeta más y tienes mas cosas que contar por la experiencias vividas.
Para todas las que nos gustan las temáticas de esta página recomiendo un libro llamado la promesa del olivo, está en amazón y tiene una que otra cosa interesante.
En mi caso no me case ni tuve hijos, soy sola y eso solo me da tristeza, tengo 38 en dos meses cumplo años. ya estoy al borde los cuarenta, siempre pienso y le tengo miedo a los cambios del cuerpo, a los dolores que ya voy sintiendo.
Pero bueno hay que aceptar la vida que le toco a cada uno y resignarse.