Es fácil sonreír cuando todo va bien. Es sencillo mantener la alegría y el optimismo cuando las situaciones de la vida nos vienen de cara, cuando todo funciona (aunque sea más o menos). Cuando “bien que mal” tenemos las cosas bajo control y sabemos que todo terminará bien.
¿Pero qué ocurre cuando de pronto algo va terriblemente mal? ¿Y cuando recibimos una mala noticia que nos deja temblando? ¿O cuando ya no estamos tan seguras de que algo va a terminar bien?
Cuando las cosas van mal y nos tememos lo peor:
¿Nos venimos abajo? Es fácil dejarse llevar por las insinuaciones del miedo, esa terrible voz que nos susurra al oído frases como que “esto no tiene remedio”, que “ya no hay nada que hacer”, que “nos olvidemos de cualquier final feliz”…
Y es que, el miedo tiene una voz muy fuerte, una voz muy autoritaria que acapara toda nuestra atención. El miedo nos grita con tanta insistencia que se nos hace difícil escuchar nada más que sus sentencias pesimistas. El miedo nos roba la alegría, la esperanza y la fe. Si nos dejamos convencer por las predicciones del miedo, nos vendremos abajo tan rápido que no sabremos qué nos ha pasado y cómo volver a ponernos de pie.
Compórtate como la mujer madura que eres:
¿Nos dejaremos llevar por el pesimismo? ¿Viviremos en derrota aun cuando la batalla no ha terminado, cuando nuestra historia aún no ha finalizado? ¡No hay nada más terrible que adoptar una actitud de derrota antes de tiempo! ¿Y cuándo es antes de tiempo? ¡Siempre! Porque siempre hay esperanza (aunque no lo creamos, aunque no tengamos ni idea de cómo puede arreglarse algo) y porque jamás deberíamos vivir dominadas por el miedo o por la derrota. Ante toda situación que se nos presenta, siempre hay dos caminos que tomar: el camino de la esperanza o el camino de la derrota.
Siempre podemos escoger. Siempre podemos optar por resistir al miedo y armarnos de valentía. Siempre podemos optar por sacudirnos los pensamientos negativos y plantarnos firmes y fuertes, dispuestas a luchar por nuestra felicidad.
¡Sé valiente, positiva y firme!
Esto puede sonar a psicología barata, a un intento de animar a las personas con palabras que suenan bonitas, pero no lo es. Todas sabemos que, ante la misma situación, hay personas que se arman de fuerza y pelean manteniendo la esperanza, y otras que se dejan vencer y se rinden. ¿Qué tipo de personas seremos nosotras?
Nadie quiere pasar por momentos difíciles. Nadie quiere tener que enfrentarse a los miedos. Pero cuando no nos queda más remedio, cuando las pesadillas llaman a la puerta, seamos fuertes. Mantengamos la esperanza. No sucumbamos ante la desesperanza. La única manera de salir victoriosas es no dejar de pelear.
© Autor: Rebeca Byler
Para mis amigas creyentes dejo estos versículos de la Biblia:
Dios mío, tú eres mi luz y mi salvación;
¿de quién voy a tener miedo?
Tú eres quien protege mi vida;
¡nadie me infunde temor!
Cuando mis malvados enemigos me atacan y amenazan con destruirme,
son ellos los que tropiezan, son ellos los que caen.
Me puede atacar un ejército, pero yo no siento miedo;
me pueden hacer la guerra, pero yo mantengo la calma.
(Salmo 27: 1-3)
Un tema en donde muchas personas pasan por situaciones y dicen es porque Dios lo quiere así y por
eso estoy sufriendo yo. Pues están muy equivocados porque Jehová dios no prueba a nadie con cosas
malas. Siempre y lo vuelvo a repetir miremos dentro de nosotros a ver que es lo que nos esta causando
esa situacion primero.
Que estamos haciendo mal o que no nos deja pensar positivamente. Así encontraremos la razón de
nuestra adversidad, no digo que sea fácil, pero es la única manera de sobrellevar o resolver que es lo
que nos produce la adversidad. Yo recomiendo empezar a respirar hasta que soltemos todo ese stress
que nos produce el día a día, el trabajar, el estudiar, los hijos, el hogay y hasta el manejar de ida y vuelta
al trabajo.
Piensen que estamos viviendo los últimos días de este sistema de cosas y el mismo Jehová dios se compa-
deció de nosostros cuando dijo «Pobre de la tiera porque a ella lo he arrojado». Todo lo que esta escrito en
su libro esta sucediendo. Lean en sus Biblias La Segunda Carta de Timoteo(Cap 3-1-7) y verán todo lo que
dice allí. Por eso es que tenemos que hacer como nos dice nuestra coloboradora especial Rebeca, ape
garnos a Jehová dios y veremos que a su debido tiempo todo pasará.
Gracias popr dejarme entrar a su casita y las amo…José
Y tambien confiar en Jesucristo, ya que el tambien es Dios! El es el camino, la verdad y la vida! Y sin el jamas podremos llegar al Padre y tener vida eterna!
Agradezco a mi jesus divino ser una persona mas espiritual que cibernética, todos estos mensajes bíblicos me llegan al alma, es hermoso gracias por dejarme comentar.