Tras ser pillados tras una infidelidad, los hombres siempre se arrepienten. Es lo que podríamos llamar, “el síndrome del arrepentido”. Vuelven con flores y llantos, suplicando perdón, convencidos de que su mujer es lo mejor que les ha pasado y que nunca más volverán a hacer algo así… Â o eso dicen.
Los presos suelen “arrepentirse” de sus actos para conseguir una reducción de su condena; colaboran con la justicia a cambio de obtener una reducción de su condena. En la vida cotidiana también pasa algo muy parecido, ¿sabes con quién? Con los hombres casados que tienen amantes.
El infiel arrepentido:
La figura del arrepentido es casi siempre igual, una constante como la del pirata que estando al borde de perder todo el botín del matrimonio y la familia, se desespera y pide auxilio mientras hace manotazos de ahogado. Da lástima verle ahí ahogándose, y al final, la mujer a quien al principio engañó, burló, minimizó e ignoró, de repente se convierte en el amor de su vida.
El infiel primero miente, y luego se arrepiente:
¿Qué representa este conjunto de síntomas que el infiel recurrente manifiesta? ¿Es amor, miedo, o falta de vergüenza?
De buenas a primeras, podrían ser las tres cosas, pero analizando con una mirada objetiva y distinciones sobre la conducta humana y masculina, veremos que lo que sucede es que ese hombre que sale con otras mujeres, que chatea en redes sociales, que se hace el galán, que incluso manda videos sexuales a sus nuevas conquistas, y que sobre todo, narra las peripecias que debe hacer para sobrevivir bajo el mismo techo con “esa bruja nefasta (la esposa)”no deja de ser un verdadero imbécil emocional. Sí, imbécil emocional; término acuñado por el Dr. Jorge Bucay, y refiere al origen mismo de la palabra im-báculo “los que necesitan de algo para sostener”, “para mantenerse erguidos”, y emocional implica la dependencia emocional.
Hipócritas que sienten su seguridad amenazada:
Es decir, muchos de esto machos copuladores seriales, si sienten que lo tienen todo seguro y atado, comportan como hippies del corazón, compartiéndose libremente con la comunidad femenina. Pero… si un día la esposa encuentra alguien que la mira diferente, con amor y respeto, su seguridad se tambalea y todo cambia. Incluso llega a preguntarse cómo es posible que a quien tenía a su lado, que consideraba “una bruja” pueda ser apreciada por otro hombre. ¿Será que no es tan bruja? Y, ¿le merece la pena arriesgarse a perder su relación por ser feliz? Y muchas dudas más…
El infiel se encuentra perdido:
En tal caso, enseguida se les cae la autoestima sobrevalorada, y se convierten en unas pobres almas errantes.
¿Por qué se sienten tan perdidos? Porque temen a perder el status y seguridad que en sus mentes les da y ofrece el concepto de familia. La esposa y los hijos son los bastones en los que muchos hombres se sostienen en la sociedad, y ellas reafirman la imagen que tienen. Sin ellas se sienten perdidos. En realidad, por mucho que sean infieles, ni siquiera consideran realmente cambiar de pareja y estructura familiar, porque se identifican con la que tienen y se sienten firmes en ella. Sin importar como esté la pareja, ellos ven a la esposa y a los hijos como un mismo bloque que forma parte de sus vidas. A causa de esto, tener amantes y coquetear fuera del nido se les hace lo más fácil, porque salirse de ese espacio de seguridad sería como un suicidio.
Se arrepiente porque se siente perdido y en peligro de perderlo todo:
Ahí es cuando se arrepienten de todo: las amantes adoradas pasan a ser la serpiente de la tentación; del amor pasan al odio, ya dejan de complacerlas porque ahora la energía está puesta en recuperar el territorio que está en vías de extinción, salvar la relación de pareja que no existe, porque hace años caducó y nunca importó; pero ahora frente a la realidad de poder acabando SOLOS, repentinamente vuelven a amar apasionadamente.
El miedo a perderlo todo los vuelve patéticos, con ansia de recuperar lo que nunca valoraron.
La mujer engañada también teme perderlo todo:
Muchas esposas perdonan porque ponen mayor foco en lo construido y en la importancia de la familia, que en la relación misma de pareja. Claro que todos podemos cometer errores, y que si se equivocan es válido dar otra oportunidad, para que aprendan… Pero lo suyo es que, si sólo es teatro y siempre acaban volviendo al ruedo, debiera haber una mejor opción.
Nota de cautela:
Y, por último, para las chicas enamoradas de esos hombres que prometen el oro y el moro, o que hablan mal de sus esposas: no les crean, nunca las van a dejar para irse con ustedes. Mejor busquen al amor de sus vidas que está muy cerca, y son ustedes mismas. Amen la inmensa y maravillosa mujer que son y no crean que una pareja les da un valor mayor. Amarnos a nosotras mismas es la base para una futura relación de a dos exitosa.
© Autor: Chuchi Gonzalez.