El mayor regalo de Navidad es poder dar a los demás

Hay cosas más importantes que recibir regalos y celebrar fiestas de Navidad: El cariño y el amor que nos podemos entregar.

¡Que Dios te bendiga esta Navidad!

Abrazo a Dios,
y me abrazo a mí misma…
porque el amor de Dios es lo primero
que nos enseñan nuestros padres.

Abrazo a la vida
abrazo el amor,
abrazo a mi familia,
y abrazo a mi amor…

Tanto la vida como la Navidad es para vivirla en unidad:

La vida, para que valga la pena, ha de ser vivida sintiendo amor hacia otra persona. Estamos en fechas navideñas, y en estos tiempos tan sensibles es cuando más necesitamos de alguien con quien poder hablar, alguien que nos escuche… porque en Navidad, es normal que de repente se nos vengan todos los sentimientos y penas que tenemos dentro.

El regalo de la vida y la Navidad:

Es diciembre, y hay que creer que todo puede mágico, que cada una de las cosas que podemos ver o tocar nos fueron dadas para disfrutarlo.

Esta fecha escoge ser y dar amor:

Tal vez este año no podrá haber grandes regalos, pero sí detalles, pequeñas expresiones de cariño y afecto. En estas fechas celebramos la llegada de Jesús que ha venido hasta nosotros para enseñarnos un camino de amor los unos por los otros:

No te enojes con tus amigos,
no estés molesto con tus hermanos,
y ama a tus padres…

Haz sacrificios,
no es fácil lidiar con las familias,
pero por amor a tu pareja, hazlo.

Ruega desde el fondo de tu corazón
por todos los niños de la calle,
ten generosidad, dadivosidad,
y bondad con quienes te rodean…

Esfuérzate en hacer que sea especial:

La Navidad es algo sagrado, procura que nada salga mal, porque hay en medio un amor omnipresente que está en medio de todos nosotros. Dios nos dio a su único hijo, tal vez a cambio nosotros podamos hacer el esfuerzo de llevarnos bien los unos con los otros.

Lo importante es lo que damos, no lo que recibimos:

Vivamos está Navidad con humildad, sabiendo que todo lo de aquí es pasajero. Lo importante y verdadero no son los regalos sino el amor que logramos transmitir hacia los demás. Demos y entreguemos, aunque suponga quedarnos con poquito, así nuestras bendiciones se multiplicarán.

Yo quiero seguir con mis principios:

Soy feliz si cuando aquellas personas a las que quiero también los son. Soy feliz cuando estoy junto a aquella persona con la que he escogido estar. Soy feliz cuando puedo dar lo mejor de mí misma, y cuando siento que ese amor y esfuerzo es correspondido.

Feliz es quien da sin mirar atrás:

En Navidad yo quiero dar, entregar, y volver a dar… para después quedar en silencio sabiendo que lo hice bien. No quiero recibir sino entregar; pero cuando algo reciba, daré gracias a Dios por ello, y mucho afecto a quien me lo entrega.