Comienzas una relación de pareja: salen, comen o cenan juntos, pasean, se enviaban mensajes de texto de vez en tanto… Pero de repente, sin entender por qué, deja de escribirte y llamarte. ¿Qué hacer?
Todo parecía ir bien… hasta que pasó de ti:
Es una incógnita. No sabes por qué las cosas cambiaron, empiezas a indagar, a repasar en tu cabeza una y otra vez los momentos que vivieron juntos, y no encuentras motivo. No logras imaginar qué hiciste mal. Y ante tanta incertidumbre, te encuentras sometiéndote a ti misma a un examen de todo cuanto le dijiste: ¿Qué dije que le asustó o provocó que no quisiera saber más de mí? ¿Qué cosa no le dije que sí debí haberle dicho? ¿Qué hubiese pasado si le hubiese dicho esto… o aquello otro? ¿Y si en lugar de ir vestida como estaba, me hubiese puesto lo otro?
STOP
Alto, para. Detente.
¿Pero qué haces? ¿Por qué te haces tantas preguntas, como insinuando que las fallas de los demás se deben a errores tuyos? Incomprensiblemente, es un pensamiento muy arraigado en las mujeres, el creer que el hombre actúa así porque somos insuficientemente buenas para ellos.
El problema no eres tú:
No, no, NO. Si realmente se trata de un hombre, debiera ser lo suficientemente adulto y maduro como para decir y expresar lo que le pasa. Simplemente dejar de llamar y comunicarse es infantil. Cuando uno se está relacionando con otra persona, aunque sea una fase temprana de la relación, no se debe cortar en seco sin al menos expresar algún motivo que de a entender que ya no se desea continuar. Dejar que el tiempo de silencio y ausencia hable por uno es lo más cobarde que se puede hacer. Una acción así no es digna de un hombre. Cada cual puede estar y no estar con quien quiera… pero ¿qué es eso de dejar de llamar y no decir nada?
Su silencio habla muy mal de él:
La ausencia y el silencio prolongado es una forma muy violenta de terminar algo. Porque te recuerdo que la violencia también es la omisión o la inacción. Es violento, porque te deja con una horrible incertidumbre y angustia. En lugar de tener valentía de hombre para dejar las cosas claras, cobardemente dejan la pelota en tu tejado para que te acabes dando por aludida… después de mucho tiempo callado y escondiéndose de ti.
¿Se esfumó? Entonces te libraste de él:
Si deja de llamarte de un día para el otro, en lugar de creer que no tienes buena señal de antena, o de que eres insuficiente… agradece al universo que te quitó semejante cabrón de encima. Porque no mereces personas que desaparezcan de la noche a la mañana como fantasmas, porque no mereces que le den tan poco valor al tiempo que has invertido en esa relación. Así que… sólo agradece que se despeja el camino para poder conocer alguien que sí vibre contigo.
© Autor: Chuchi Gonzalez.