Seré buena, pero no tonta

Siempre he pensado en los demás, he buscado complacerles, protegerles y ayudarles. A veces abusan, lo dan por sentado, lo exigen, y nadie piensa en mí. De ahora en adelante, lo haré yo.

Y así…
Sin más…
Dejé de estar enojada conmigo misma,
dejé de preocuparme,
de si caigo bien o mal,
a estas alturas de mi vida
ya no pienso en eso.

Busco tener paz con todos, para poder tenerla yo dentro de mí, de mi vida, de mis cosas, de las personas qué me rodean. Y no es que pretenda ser perfecta, me encantan mis perfecciones, mis defectos, tengo derecho a ello, a lamer mis heridas, y a llorar en silencio cuando nadie sé que nadie se da cuenta.

No tengo que ser perfecta,
soy la que soy,
esta que ves,
es tal cual
soy yo.

Y sí, a veces me caigo muy mal, porque permito que me hagan la misma jugada una y otra vez. Y, aun así, pese a todo, en cada ocasión sigo dando lo mejor de mí. Y no quiero… por ningún motivo quiero vivir odiando o renegando de mi vida, sé que debo acostumbrarme a aceptar que no todo será perfecto, que no todo será como yo quiero; será cómo todos son, pero ese ya no es mi problema.

Yo quiero todos los días de mi vida, hacer cosas buenas, aunque éste rota, herida, o con una profunda tristeza, pues la vida nos da miel y limón. Siempre busco tener y llevar paz, la gente que me conoce lo sabe, y no importa si lo merecen o no, pues no lo hago por eso, lo hago porque así soy yo.

Tengo algunos días muy grises, muchas veces las penas y todo lo malo se me vienen a la cabeza, y salen los malos momentos buscando culpar a alguien por lo que me pasa… pero no. No. Todo esto lo pasaré sola y no espero nada. A mi edad ya no se espera nada.

Tenemos que hacer las cosas nosotras mismas, nadie está para solucionar los problemas de nadie, porque somos egoístas, malas personas, y no nos preocupamos de los demás. Pero yo no soy así. Soy el revés de todo esto. Mi problema es que me preocupo de todos y no de mí misma.

Desde hoy en adelante todo cambiará, tengo qué aprender a quererme más, a respetarme más, a no esperar nada de nadie, porque nadie hará eso por mí, no. A mi edad ya no debo esperar nada de nadie. Cuidaré de mí, me mimaré, me consideraré, pensaré antes de actuar. Me lo merezco.

Pero estoy bien. Mi buen Dios nunca me abandona, puedo hablar con él, me escucha, y cuando lo hace vuelvo a vivir la vida. Así soy yo, puede que tú también. Vamos a salir adelante, que para sufrir no vinimos. Disfrutemos con lo que tenemos, con quienes nos muestran cariño y nos apoyan en los peores momentos. Esas personas hay que cuidarlas, son escasas. Yo no espero nada de nadie. Solo de mí misma.

Con mucho cariño,
Shoshan

Copyright © 10 octubre, 2021, autor: Shoshan