Nuestras vidas se ven enriquecidas por la presencia de aquellos a quienes amamos y quienes nos han amado. Los recordamos todos los días, y en ciertos momentos es bueno compartir nuestras memorias con los demás. A continuación, quiero expresar algunas reflexiones sobre las emociones que siento al pensar en mi abuela, que nos dejó no hace mucho tiempo.
Dondequiera que estés, siempre estarás en mi corazón…
Hace mucho tiempo que no veo tu rostro, pero todavía puedo sentir tu presencia. Eras más que una persona más para mí: eras el núcleo de la familia. Ahora que la muerte nos ha separado, sólo puedo preguntarme qué habría sido si hubiéramos permanecido juntos unos años más.
Pero todas las cosas deben llegar a su fin, así es como funciona la vida a veces. Lo mejor que podemos hacer es aprender de nuestras experiencias y utilizarlas como trampolín hacia una mayor comprensión de nosotros mismos y de los demás que nos rodean (incluso cuando esas personas ya no están aquí).
No puedo dejar de recordarte.
Han pasado años desde que falleciste y, sin embargo, parece que fue ayer. Puede que no supiese sacar el máximo provecho del tiempo compartimos, pero aun así, en ese tiempo sentí que estábamos conectados a través de nuestro amor por la música… y de tu sabiduría.
La muerte de un ser querido nos hace sentirnos perdidos y vacíos. Lloramos, nos afligimos y guardamos luto, pero siempre queda esa sensación de que falta algo. Un hueco en nuestro corazón donde antes estaban y nada puede llenarlo.
El vacío que sigue a la muerte de un ser querido nos impacta a todos de diferentes maneras, algunos sienten que su mundo ha terminado mientras que otros luchan por encontrarle un sentido a su pérdida. Algunos intentan llenar este vacío con cosas o experiencias, pero en última instancia, cualquier cosa que se haga no cambiará nada porque simplemente no se puede reemplazar lo que se perdió con la muerte: no hay reemplazo para el amor; ¡es imposible hacerlo!
Tu recuerdo siempre estará con nosotros.
Siempre recordaremos su memoria.
Siempre te recordaremos como la persona que estaba llena de amor, bondad y cariño.
Siempre que mire las estrellas, pensaré en ti.
Cuando mire las estrellas, estarás en mis pensamientos. En mi niñez, cuando aún podía contemplar el cielo nocturno, veía el reflejo de tu rostro entre ellas. Y cuando llovía o nevaba y las nubes cubrían su gloria, sentía como si tu amor se hubiera alejado de mí también.
Ahora que mis ojos ya no son tan jóvenes y fuertes, sólo puedo mirar con asombro esas luces lejanas que me recuerdan lo lejos que estamos ahora. Pero aunque mi visión falle por completo con la edad (y el tiempo), estas estrellas siempre estarán ahí para mí, siempre que me acuerde de alzar la mirada.
Tu legado seguirá vivo.
Hay pocas cosas más importantes que recordar a los que han fallecido. El legado de los seres queridos sigue vivo en los recuerdos de los demás, así como en sus nombres y en las fotografías y otros objetos materiales que quedan cuando ya no están.
Cuando pierdes a alguien cercano, puedes sentir que es imposible seguir adelante sin esa persona en tu vida. Es natural sentirse así, pero eso no significa que no haya un camino a seguir. Puedes honrar a tu ser querido continuando su legado con tus propias acciones y palabras.
Conclusión:
Todos hemos perdido a alguien y es difícil de afrontar. Pero espero que estas palabras te ayuden a hacer el duelo y te permitan sanar. Puede ser duro a veces, pero no hay mejor manera de honrar su memoria que vivir una vida llena de amor y compasión.
© Autor: Shoshan
Copyright © 31 octubre 2022, autor: Shoshan, para Toda Mujer Es Bella