Hay voces que te susurran palabras de consuelo, asegurándote que podrás vencer el abismo que la muerte ha dejado en tu vida. Te piden fuerza, te prometen que el tiempo lo cura todo. Pero esas voces no comprenden, no pueden comprender, la tempestad que ruge en el interior de un corazón roto.
Cuesta expresar el dolor que siento
No importa cuántas veces intente dibujarles con palabras la vastedad de mi dolor, no alcanzan a vislumbrar la profundidad de mi desconsuelo. Y no es por falta de empatía o comprensión, sino porque hay dolores tan profundos y personales que sólo pueden ser entendidos cuando se viven en carne propia. Como intentar describir el océano a quien solo ha conocido el río: no importa cuán vívida sea mi descripción, hasta que no se sumerjan en sus aguas, hasta que no sientan la inmensidad de su abismo y la sal en su piel, nunca podrán realmente entender la inmensidad de mi pérdida.
Un día entenderás por lo que acabo de pasar.
Un día entenderás por qué no dejo de llorar.
Un día entenderás la tristeza que siento al no poder verle.
Un día me entenderás.
Un día cuando parta alguien que ames de verdad…
Un día, cuando sientas que mueres
por ese ser que se fue para nunca más regresar.
Un día cuando sólo tengas los recuerdos,
esos que se hacen eternos;
esos que a pesar de ser felices te hacen triste.
Un día cuando al recordar
le sientas un nudo en la garganta
y un vacío enorme en tu alma.
Ese día, cuando tus lágrimas
resbalen sin poder evitarlas.
Un día me entenderás
cuando las lágrimas no puedas evitar nada.
Un día, cuando con ese ser maravilloso
que partió, tú quieras hablar.
…y saber que ya no está
y no regresará.
Un día, cuando todo lo que hagas
te le recuerde sin poder abrazarle o besarlo.
Entonces ese día me entenderás
y no volverás a decir «No llores más»,
porque aunque quieras, no lo podrás evitar.
© mayo 2023, autor: Shoshan