¿Te han roto el corazón y sientes ese ardiente deseo de que a ese insensible todo le vaya mal de ahora en adelante? Es una sensación comprensible, un reflejo humano ante el dolor. Pero, ¿y si te dijera que guardar ese rencor puede ser más dañino para ti que para él? El amor…
En el abismo de tu abrazo me perdí,
años de mi vida, desvanecidos sin fin.
Tus dulces mentiras, cual veneno bebí,
hoy mi alma se siente en un cruel confín.
Las horas invertidas, ¿dónde están?
Las caricias falsas, ¿qué pretendían ganar?
Ahogada en un mar de rencor y desazón,
por creer en un amor, que resultó ficción.
El resentimiento crece, lo siento vibrar,
por cada momento que no supe valorar.
Te entregué mi tiempo, mi ser, mi pasión,
y tú me pagaste con cruel traición.
© Shoshan
Amor, ese sentimiento mágico y diverso, se manifiesta de múltiples formas en nuestras vidas. Desde el tierno amor maternal que acuna en las noches frías, hasta el apasionado y frenético amor de pareja que nos hace volar, es un regalo que se reinventa en cada etapa y relación.
Pero, como todas las cosas en la vida, no todos los amores están destinados a ser eternos. A veces, la llama que una vez brilló con intensidad, poco a poco se va apagando hasta convertirse en cenizas. Cuando llega ese instante, cuando dos almas deciden tomar rumbos distintos, el corazón se siente desgarrado y, muchas veces, la ira y el resentimiento buscan llenar ese vacío.
Sin embargo, mantener el rencor es como sujetar un carbón ardiente con la intención de lanzarlo a alguien más; tú eres quien se quema. El rencor ata, encadena, mientras que el amor verdadero, incluso en el adiós, libera. Es más saludable aprender a soltar, a desearle vientos favorables a ese amor que ahora navega en otros mares. No por debilidad, sino por fortaleza del alma.
Amar es también aprender a dejar ir. Al final del día, despojarse de la amargura y llenarse de gratitud nos permite cerrar capítulos y abrir nuevas páginas, llenas de esperanza y renovadas oportunidades de amar de nuevo.
Autor © Shoshan – TodaMujerEsBella.com