En la actualidad, el incremento de los divorcios en el mundo es moneda corriente. La gente ya no se casa para toda la vida, sino por un rato, hasta que el estrés cotidiano los separe.
Puesto que ahora tenemos la posibilidad de “separarnos” si algo no funciona en el matrimonio, el esfuerzo por congeniar, por amar, por ceder y equilibrar la relación es menor que en otros tiempos…