Por muy mal que estén las cosas, tú podrás con ello. Tienes desánimo, te sientes rendida, fracasada, maltratada por la vida… pero es igual, te aseguro que podrás con ello. Lee:
Recordando a mi hijo fallecido
Si eres una madre que ha perdido un hijo, conoces bien uno de los dolores más fuertes que una mujer puede llegar a sentir. No es fácil llevar el duelo y el dolor, incluso con el paso de los años van y vuelven recuerdos y añoranzas… Para ti madre de un hijo fallecido, es este artículo en forma de carta a un hijo que ya no podremos ver. Tú que conoces el dolor que se siente comprenderás estas letras, y tal vez te ayuden a sobrellevarlo mejor.
Si no se puede dar marcha atrás… mejor, sigamos adelante
No estamos tan mal, no todo es malo en la vida, pero aun así añoramos cosas del ayer. No podemos dar marcha atrás, lo pasado, ya pasó. Tenemos que seguir adelante, y lo haremos: valorando el ayer, pero pensando en lo bueno de hoy, sintiendo, amando, y sintiéndonos realizadas. Podemos, lo haremos.
Pese a todo, no te rindes… caminas con la cabeza bien alta
Así eres tú, luchadora, sobreviviente y vencedora en la vida. Aún con todo lo que has tenido en contra estás ahí, progresando, adaptándote, y haciéndote más fuerte cada día.
Dicen que la mejor manera de enfrentar al mundo es siendo fuerte y constante… también, que para tener éxito, hay que creer en algo con tanta pasión que se convierta en una realidad: aún con sus altibajos la vida es bella, ¡Tú la haces bella! Sólo necesitas la determinación y el deseo de vivirla como la quieras vivir.
Que nadie te haga bajar la cabeza
En incontables ocasiones nos han hecho bajar la cabeza, haciéndonos sentir que la vida que vivimos va por el camino equivocado… En incontables ocasiones nos han hecho sentir que somos menos que nada… y en nuestro subconsciente nos vamos haciendo a la idea que no valemos, que nuestro paso por el mundo no dejará huella. ¡Pero qué equivocación tan grande es asumir que así es nuestra vida!
Las mujeres feas y gordas… y las que las ven así
A veces las mujeres somos las más críticas, con nosotras y las demás mujeres. Creyéndonos unas divas, miramos con malos ojos a otras mujeres, les decimos «feas, gordas», y más… Pero la vida nos enseña que no siempre vemos las cosas bien, que a veces somos ciegas a la verdadera belleza, que la mujer más bella no necesita una talla perfecta, que hay cosas que importan más que el físico…
Tiempo de reflexión: ¿eres feliz? ¿tiene propósito y sentido tu vida?
Hoy es un buen día para reflexionar…
Para pensar si estás haciendo las cosas bien… si estás dando esa calidad de vida que te mereces y merecen los demás. Hoy, bajo la magia de la sonrisa hay que dejar que se asome la belleza del alma… hacer sentir a los demás que eres única e irremplazable por aquella fuerza positiva que te hace levantarte cada día dispuesta a repartir bendiciones
Envejecer feliz es lo que rejuvenece
Es igual la edad que tengas, ¿qué puede haber en la vida que sea más importante que amarte y cuidarte a ti misma?
Los años pasan, son inevitables, pero te vuelven más inteligente y te dan mayor experiencia de la vida. Con el pasar del tiempo te das cuenta de que cada vez más puedes estar orgullosa de ti misma, de ser quien eres, una mujer madura y plena… ¡Cuántas veces te has mirado al espejo y te has llenado de fuerzas para continuar!
Aun cuando así lo parezca, no estás sola
No estás sola…
Aun cuando sientas que la vida se te escapa en esa interminable sed de sufrir y llorar… ¡No estás sola!
Aun cuando sientas el torrente de lágrimas deslizarse en tus mejillas, cuando desees cerrar los ojos y fingir que todo es un sueño, ¡levántate! No dejes que nada ni nadie se interponga entre tu intimidad y tu dignidad, no dejes que nadie empeñe tu felicidad, tu sentir, tu sed de sentirte amada y valorada.
La menopausia
Cuántas veces entre bromas, cuando alguien actúa un poco irascible le dicen “¡pareces una mujer menopáusica!”
Lo dicen sin detenerse a pensar lo que realmente significa estar menopáusicas, como si esa etapa en la mujer fuera objeto de burla o del tomarlo para bromear, sabiendo de antemano que pueden herir los sentimientos de las mujeres.
Ya no aguanto a mi esposo
¡He vivido veinte años de mi vida con un desconocido!
No sé realmente hasta qué punto puede llegar su mal carácter, sus mentiras de querer cambiar y nunca hacerlo, sus maltratos físicos y morales, muchas veces he intentado dejarlo, pero no puedo, porque mis hijos le necesitan, aunque realmente con él no cuento en determinadas etapas de su vida, no sé si aún le quiero o simplemente ya me hice a la idea de soportarlo hasta donde sea posible…