La amistad es un tesoro, cuesta mucho encontrarlo, y mucho más mantenerlo.
En la amistad hay lealtad y honestidad, confianza para decirnos la verdad y paciencia para saber escuchar y aguantar.
Los verdaderos amigos son un valioso tesoro.
Siempre soñamos con cosas que deseamos, cosas tales como viajar, estar junto a nuestro amor, poder abrazar a personas, tener un coche, una casa, y básicamente cualquier cosa…
Cuando nuestros sueños no se hacen realidad nos consolamos diciendo que no era lo que Dios quería para nosotras, o que simplemente hemos tenido mala suerte en la vida…
Cuando un hombre nos es infiel nos sentimos despreciadas y engañadas. Preguntamos ¿y quién es ella? y automáticamente la convertimos en nuestra enemiga.
“Por culpa de la amante perdimos el amor y la fidelidad de nuestra pareja. Ella le engañó.”
O eso pensamos… porque realmente, la culpa no es de ella. Ambas somos victimas: ha sido el hombre quien ha fallado, quien no ha sabido cumplir sus promesas, ha sido él quien ya no nos merece. Es él quien debiera ser considerado un plato de segunda mesa, y bastante malo por cierto.
A esta vida hemos venido a cumplir tres funciones fundamentales: A ser felices, a aprender lo máximo posible, y a entregar lo mejor de nosotras mismas.
¿Qué pasaría si hoy fuera el último día de nuestras vidas? ¿La última vez que ves a un ser querido? ¿Si estas palabras que estás pronunciando fueran las últimas compartidas? ¿Qué recuerdos crees que te traerá la mente llegado el momento? ¿Cuál sería entonces el orden de tus prioridades?
Un hombre siempre debe cuidar, proteger y hacer sentir bella a la mujer que tiene a su lado. La mujer no es el juguete del hombre y su corazón, lejos de lastimarlo, ha de custodiarlo.
Si has sido maltratada, despreciada y te sientes poca cosa, debes provocar un giro en tu vida. Eres mujer, eres valiosa y podrías alzarte con dignidad, haciéndote respetar.
Para ello, deberás comenzar cambiando la forma en la que te ves a ti misma. ¡Eres mujer, eres digna, eres valiosa!
Hay momentos de la vida en las que nada sale bien, todo va mal, sólo hay sufrimiento y no hay salida a la vista.
Ante una adversidad así, sólo queda la fe, creer que las cosas pueden cambiar, creer en ti misma, en tu capacidad de salir adelante forjando tu propio destino.
Ese pequeño acto de fe puede hacer la diferencia. Cree, ten fe, la vida cambiará si tú lo crees así.
El mayor tesoro del mundo es poseer una madre, su amor es una gran riqueza de valor incomparable.
Todos nuestros amores podrían llegar a ser “ex” pero nunca se podrá tener una “ex-madre”. La madre es ese ser que lo entrega todo por amor, por su hogar, por sus hijos y nietos. Cuando la madre aún está ahí contigo, es una suerte tenerla, pues la clase de amor que entrega es el más puro que podrás encontrar jamás.
No he vivido la vida que desearía haber tenido, no tomé las elecciones correctas, no supe respetarme y valorarme, acepté un mal amor pensando que nunca podría tener nada mejor…
Pero he aprendido que ningún hombre que no sepa respetarme y valorarme podrá merecerme. Hoy sé que soy valiosa y no tengo porqué conformarme. Hoy decido ser la mujer que yo quiero ser.
El amor no sólo se da y se recibe, el amor necesita ser trabajado, construido, fortalecido y protegido.
Toda relación pasará por sus altos y bajos, pero para que el amor perdure ha de tener dedicación diaria, esfuerzo por ambas partes, aceptación del uno y el otro, arrepentimiento, perdón y saber ceder de vez en cuando. El amor es bellísimo, pero requiere de trabajo, como todo lo bueno.