Muchas personas creen que madurar es un proceso que ocurre con el paso de los años (con la llegada de las primeras canas, arrugas, nietos y dolores musculares).
Sin embargo, “madurar” no pertenece al ciclo biológico de envejecer.
Envejecer es una realidad que escapa de nuestras manos, y madurar es elegir hacernos sanas y fuertes emocionalmente.