Pero la vida puede ser bella si aprendes a mirar con buenos ojos lo que tienes por delante.
Hay muchos motivos por los que estar feliz, abre tus ojos, comienza a contar tus bendiciones… y camina con la cabeza bien alta, eres una mujer maravillosa.
Pero la vida puede ser bella si aprendes a mirar con buenos ojos lo que tienes por delante.
Hay muchos motivos por los que estar feliz, abre tus ojos, comienza a contar tus bendiciones… y camina con la cabeza bien alta, eres una mujer maravillosa.
Lo que importa es lo que sientes: deja atrás el pasado y suelta los errores del ayer; ahora puedes ser feliz con lo mucho o lo poco que tienes. Es tu decisión, pero nunca es mala decisión escoger vivir con alegría.
La vida casi nunca es como quisiéramos, está llena de desilusiones, decepciones, traiciones y nuevos problemas que llegan cada día.
Podemos vivir enojadas, recordando en cada momento el infortunio de nuestras vidas, y tendríamos justificación para pensar así.
Pero con un enojo constante no podremos ser felices, y ¿qué mas da que no todo sea como quisiéramos? Dejemos el desánimo de lado y vivamos la vida en plenitud.
Es cierto, hay días que parece que no salga el sol, días tristes y lúgubres… Parece que nada nos pueda hacer sonreír, todo nos da la espalda, nada nos sale bien…
Sólo se vive una vez, que sea con una sonrisa en el rostro, una esperanza en el corazón y unos ojos que vean lo bueno que la vida sí nos ofrece.
Si hablamos de forma negativa, fea y pesimista, ese sentimiento se nos puede acabar albergando en el corazón.
En cambio, si nos esforzamos en expresarnos de forma positiva, la forma en la que veamos la vida puede cambiar a mejor.
Las mujeres siempre estamos llenas de sueños, ilusiones, pasiones y esperanzas…
Hay que reconocer que también nos llevamos muchos disgustos, desilusiones y quebrantos del corazón…
Ser mujer es emocionante,
Cuando nuestros sueños se ven cumplidos y la felicidad llena nuestras vidas, es fácil dejarnos llevar por la alegría y no percatarnos de que mientras celebramos podemos estar perdiendo algo valioso:
Cuando estemos felices, hagámosles partícipes de nuestra alegría. Y aunque en esos momentos no les necesitemos tanto, la vida da muchas vueltas y los volveremos a necesitar. Si los cuidamos, ahí estarán para nosotras.