«Sólo las peores tristezas son las que te enseñan lo que es la verdadera felicidad.»
Cuando la tristeza se apodera de nosotros nos entra ganas de llorar. Podemos desahogarnos escribiendo y recordando cosas que pensamos que han sido olvidadas, pero no es así, nunca se olvidan, los recuerdos siempre viven latentes en nosotros.
Por eso se llaman «recuerdos», siempre están junto a ti.