la soledad que tienes está en tu corazón, nadie la puede llenar, sólo tú.
Cuando te des cuenta de porqué te sientes sola seguramente descubrirás que la respuesta está en tu propio corazón.
La vida nos va poniendo momentos en que realmente nos sentimos muy solas,Especialmente cuando la separación es muy reciente, y en ese estado tan lamentable, muy cómodamente la mujer opta por aislarse y llorar su pena, sintiéndose la más miserable del mundo, con la autoestima hasta el suelo y sin ganas de ya más nada.
He leído incontables temas sobre nosotras las mujeres, temas en los que tratamos sobre las infidelidades, sobre las amantes, aquél novio cibernético, o la familia… pero me gustaría hablarles un poco sobre la mujer que vive sola, sin una pareja, un tema un poco sensual o atrevido… esa mujer que a diario trabaja y no tiene el tiempo suficiente para salir un rato a divertirse dando un poco de oportunidad al sexo opuesto de acercarse.
La vida se está pasando tan rápido para algunas mujeres, que en la espera desesperada de ver llegar a su príncipe azul y amor de su vida, piensan que ya el tren se les está yendo, que no encuentran novio por ningún lado y que van a quedarse solas para toda la vida. Piensan que tendrán que aprender a vestir santos o pertenecer al club de la vela perpetua ¿saben lo que es este club de la veladora perpetua?… Ah, pues es un círculo o una congregación de señoras solteronas (con todo respeto) que se han quedado solas, otras por ser viudas que ya no quisieron saber nada de volverse a casar, otras si se volvieron a casar y les fue peor en el asunto, y algunas otras ni pensaron en casarse nunca, no más de ver cómo les fue a las primeras.
No sé, muchas veces nos hacemos esta pregunta, y aun cuando parece que lo tenemos todo
No estamos contentas con nuestra vida, con lo que hacemos, con el modo en que hemos echado por la borda todos nuestros planes… y de repente nos miramos al espejo, encontrándonos con la mirada perdida, preguntándonos si estamos donde debemos, el motivo por el que tomamos ciertas decisiones del pasado sin escuchar los consejos que se nos ofrecieron…
Y somos infelices.
“Son como los ojos que penetran a través de la niebla que confunde los objetos y difumina las verdades, y al atravesarla nos permite llegar a lo que verdaderamente es y a lo que verdaderamente importa, pues significa acallar toda clase de voces confusas y discordantes para que se pueda oír la Palabra viva, clara y penetrante!” (Federico Suárez)
Muchas veces le tenemos un miedo terrible a la soledad, pensamos que es lo más trágico que nos podría ocurrir, estar solos sin amigos, sin un amor que nos comprenda, pero no es así. Cuando comprendemos el verdadero sentido de la soledad es cuando más nos gusta.
Las cosas malas nunca llegan solas,De nada nos sirve quedarnos en la cama lamentando lo que no fue o lo que pudo ser…
Creo que la más cruel soledad es aquella que llega cuando alguien que se ha amado mucho se marcha para no volver nunca más. Puede que sea porque se ha ido al cielo, con nuestro Señor. Es posible que sea cierto eso de que nos hace falta muchas vendas de amor con las que intentar sanar esas heridas, o al menos, que con ayuda de Dios ya no duela tanto el recordar. Lo más duro se vive cuando te despiertas y sabes que no puedes llamarle, ni decirle nada, que se fue y no volverá más.
La historia de muchas de nosotras que vamos a otro país a probar suerte, a ver si podemos cambiar nuestra vida. Sin pensarlo mucho nos vemos en otro país, muchas veces probando suerte, otras veces tratando que la vida de nuestra familia mejore, o quizás nuestra vida misma.
Es una suerte si estás en un país que hable tu mismo idioma, pues se te facilitan las cosas al momento de entablar una conversación.
Hoy volví a leer esta reflexión, y quise contarla, me parece algo lindo pero muy triste, y creo que muchas nos veremos reflejadas en ella:
Nunca hagas florecer una sonrisa diciendo «te amo»… para después hacer rodar una lágrima diciendo «olvídame»…
Pues el amor es más bonito que una ilusión, y tú podrías sentir la misma lágrima que alguien ya lloró por ti.
Cuando vives en ese hogar tranquilo, sin escasez, trabajas a la par con tu pareja, aportando en la misma cantidad que él, tu mundo gira en torno a tus hijos y tu esposo, llegas cada día a casa con la ilusión de preparar esos alimentos, de compartir tus horas libres con ellos, los amas de tal manera que sientes que tu felicidad está completa.
Pero un día, él decide marcharse al extranjero diciéndote que lo hace pensando en darles una vida mejor, un buen futuro para esos hijos que van creciendo.