Las palabras pueden convertirse en cuchillos hirientes que brotan de nuestras bocas. Una palabra “dicha” es una flecha lanzada al aire que llegará a su destino… aunque al instante nos arrepintamos de haberla pronunciado.
Los insultos son una forma de abuso verbal, pero no todo insulto es abuso verbal. Decir unas cuantas malas palabras universales (de esas que le dirías a cualquier persona con la que te enojas) no es abuso verbal, aunque no deja de ser una conducta agresiva que es mejor evitar.