¿Cuánto hace que no tienes un momento feliz? ¿Un instante mágico? ¿Una sorpresa pura para tu alma?
¿Cuánto más que no eres abrazada con amor dulce y cálido? ¿Recibida con una taza de café caliente? ¿Contentada con una carta escrita a mano?
¿Cuánto hace que no tienes un momento feliz? ¿Un instante mágico? ¿Una sorpresa pura para tu alma?
¿Cuánto más que no eres abrazada con amor dulce y cálido? ¿Recibida con una taza de café caliente? ¿Contentada con una carta escrita a mano?
Suena paradójico, pero para ser feliz sólo hace falta tomar la decisión de serlo.
Así de sencillo: La felicidad no depende de terceros, de cosas materiales, fama o relaciones. La felicidad depende de una actitud interior ante la vida, de una decisión personal.
¡Si yo quiero ser feliz, seré feliz! Soy mujer, tengo capacidad de sobra para serlo por mi propia cuenta.
Cuando hablamos de ira nos referimos a algo más que un simple enfado: La ira es furia, es violenta y agresiva. La ira es una explosión de frustración, una indignación tan grande que sacude desde dentro, que ciega la razón. La ira no se controla, es ella quien te controla, te posee.
Y si vives con alguien que tiene ataques de ira, tienes un problema.
A lo largo de esta vida he tenido malas experiencias, motivos para llorar, y para sufrir… pero he decidido no dejarme llevar por el pasado.
Yo soy mujer, única, imperfecta, pero soy yo misma. Tengo derecho a encontrar la felicidad, y la encontraré. Soy mujer, podré hacerlo. Sólo he de concederme una nueva oportunidad.
Hay momentos de la vida en las que nada sale bien, todo va mal, sólo hay sufrimiento y no hay salida a la vista.
Ante una adversidad así, sólo queda la fe, creer que las cosas pueden cambiar, creer en ti misma, en tu capacidad de salir adelante forjando tu propio destino.
Ese pequeño acto de fe puede hacer la diferencia. Cree, ten fe, la vida cambiará si tú lo crees así.
¿Quisieras sentirte mejor y ser más feliz? Si te faltan muchas cosas para poder sentirte bien, aquí tienes unos buenos consejos para lograrlo pronto: