Qué triste es encontrarse con gente que sufre de pereza selectiva y no desea esforzarse en nada, ni en mejorar ni ser mejores. Se conforman con ser como son, pensando que no necesitan cambiar nada de su forma de ser, pensar y sentir… diciendo que así como son ahora, lo serán toda la vida, que nada ni nadie les hará cambiar nunca.
Una persona agradecida es una persona feliz
¡Todo está bien en ti! ¡Naciste perfecta, completa, única e irrepetible!
Aunque en ocasiones sientas que algo no está bien contigo, que no eres suficiente o no sabes suficiente, que no mereces lo que tienes o incluso crees que no mereces algo mejor, no te preocupes, pues a la mayoría nos pasa en algún momento.
¿Por qué llorar, si sonreír y reír te hace más bonita?
La vida tiende a hacernos llorar y ver todo lo malo, y hay días que nos resultan totalmente grises. Pero tú tienes la capacidad de revertir esa situación, lo puedes lograr sin consejos, instrucciones o grandes trucos: simplemente deja de llorar y mira la vida con amor, ve todo lo hermoso que te rodea, levanta la mirada y camina; cada minuto que pasamos por aquí hay que disfrutarlo, hay que aprender a vivir con los sinsabores que ya de por sí la vida nos da.
La mujer violenta y sus consecuencias
Las mujeres también podemos ser gritonas y violentas. La mayoría de nosotras vivimos bajo el estrés que nos provoca la vida diaria (el trabajo, la casa, los hijos, la pareja…) y a veces, nuestro fuerte carácter puede volvernos desagradables, causando infelicidad a los de nuestro entorno, haciéndoles temerosos de nuestra presencia… ¡Hasta el punto de que prefieran huir de nosotras antes que soportar nuestro mal carácter!
Vive tu día con alegría
“Cada instante de tu vida es un instante valioso,
Si te comportas con optimismo y ternura,
creas abundancia y alegría para todos.
Y entonces, cada momento de tu vida habrá valido la pena.”
Eduardo Kabar
Los problemas de pareja son una cuestión de actitud
¿Por qué tantos problemas? ¿Por qué tantos desencuentros, discusiones y diferencias personales? Todo es cuestión de actitud.
¡Siempre he sido así y no voy a cambiar!
Debemos aceptarnos unos a otros tal como somos, no podemos pretender cambiar a los demás… pero podemos cambiarnos nosotras mismas, y debemos.
No somos piedras inmóviles, somos mujeres, tenemos capacidad de aprendizaje y de maduración. Si nos lo proponemos, siempre podemos cambiar y mejorar.
¡Disfruta de la vida!
La vida es como un árbol que da frutos: en ocasiones lo ignoramos, otras veces escogemos probar sus frutos.
—¢ Unos frutos son dulces, buenos y añaden placer a nuestra vida.
—¢ Otros frutos son amargos, agrios, están pasados, pudriéndose y nos hacen mal…
Hay quienes siempre escogen vivir amargadas y quienes siempre buscan lo mejor para disfrutarlo y compartirlo. La elección es nuestra.
Ya no soy la misma, ¡soy mejor que ayer!
Puede ocurrir un milagro, pero los milagros no ocurren solos, hace falta un detonante, y eso puedes serlo tú.
Aunque en ocasiones olvides que eres una mujer valiosa, tú puedes cambiar tu vida a mejor, darle un nuevo brillo y restaurar lo que se ha roto.
Ver el vaso medio lleno o medio vacío
La brújula de nuestro destino
Puede haberte dejado tu pareja, tu marido, el padre de tus hijos, puedes haber perdido el trabajo, sufrido un accidente… y en medio de todas estas cosas negativas podrías ser feliz.
Todos tenemos en nuestras manos una brújula, la cual podemos manejar para llegar al destino que deseemos.
El poder de la mente
Un “día horrible”, es el resultado de tu valoración de los hechos que hoy han transcurrido en tu vida.
Un “buen día” también: es el resultado de la valoración positiva de lo que has vivido hoy.
Aprendiendo a controlar nuestra propia mente podemos cambiar las cosas para mejor, no sólo en nuestro interior sino también en el mundo que nos rodea.
Viviendo entre penas y alegrías
En nuestros corazones siempre existirá la tristeza, así como existe la alegría; ambas se deben vivir en su momento determinado; No existe la una sin la otra, sólo así sabremos apreciar las cosas buenas que la vida nos da y que muchas veces por orgullo dejamos pasar.