Imaginemos que por un día, nadie, absolutamente nadie tenderá las camas en casa, nadie preparará el desayuno, la comida, ni la cena, no se asearán las áreas comunes como: La sala, el comedor, la cocina o el baño…
Nadie atenderá el hogar, nadie se encargará de los niños, nadie remojará el jardín, nadie se preocupará por saber si el lechero o el panadero o el carnicero o el verdulero tocó a nuestra puerta…