Estamos siempre pendientes del teléfono, y cuando nuestro amor no está a nuestro lado, más aún. Nos volvemos impacientes, queremos saber de él… ¿habrá pasado algo? ¿Será que hay otra? Tanto temor, tanta ansiedad…
El amor en la distancia es complejo
¿Cuántas veces hemos creído encontrar el amor, y resulta que al final nos damos cuenta que esa relación no nos satisface y de nuevo quedamos solas?
Hoy en día, con tantas personas que vamos conociendo en este mundo tan global y cibernético, nos vamos llenando de emociones, más cuando tenemos a alguien ahí diciéndonos frases bonitas en nuestros muros y mensajes privados… Son bonitos detalles que con el tiempo, sin darnos cuenta, nos van enamorando de la persona que está detrás del monitor.
Al ciber amor también se le llama amor
Pero el ciber amor también es amor, el sentimiento es tan real como la persona que lo siente en su corazón.
Al final, para los que están destinados a amarse, la distancia no es impedimento, e Internet les ayuda a darse la oportunidad de amar y ser amados.
El amor, la tecnología e internet
Todas necesitamos amor, necesitamos sentirnos queridas, apreciadas y deseadas…
Allí donde vamos nos cruzamos con personas que buscan amor. En los estudios, en el trabajo, la cafetería y en la tienda… en todos sitios hay personas deseando encontrar el amor de su vida. En Internet, como en cualquier otro sitio, también.
Cómo lograr que una relación en la distancia funcione bien
Vivimos en un mundo “globalizado”, hoy día podemos tomar un avión o un tren y viajar miles de kilómetros… podemos sentarnos en nuestro cuarto frente a la pantalla del pc, y conocer a alguien en el lado opuesto del mundo…
Unas veces por internet, otras veces por trabajo, estudios, o lo que sea: ¿Pero cómo se sobrelleva?
En este artículo algunos pequeños consejos para lograr que una relación en la distancia pueda funcionar.
Amores enredados por internet
“En uno de los días más solitarios de mi vida encontré en internet a alguien que me cautivó. Me cautivó su aspecto inofensivo, y pese a que cuando sus ojos se encontraron con los míos debí volver la vista hacia otro lado, no pude. Desde ese día sólo pienso en esos encuentros que hacen que mi día sea distinto, se me hace largo el tiempo, la espera de llegar a casa y hacer ese “clic” que nos acerca y que me hace sentir viva”.
¡El amor por internet sí existe!
Todos se ríen de ti, murmuran cosas a tus espaldas, te toman por loca… y todo porque te enamoraste por Internet de alguien en un país lejano.
No te toman en serio, y se preguntan cómo puedes haber sido tan tonta como por amar a algo o alguien que aparece en ese aparato. Te insinúan que seguramente te están engañando y riendo de ti, o que igual quieren sacar provecho de ti engañando a una inocente mujer como tú.
¡Seguro que es un viejo hombre barrigón, sin dinero, sin trabajo, un asesino quizá… y no ese hombre apuesto que te hace creer que es!
Los amores sin fronteras
Hay momentos en que las manos de la mujer enamorada en la distancia, tiemblan al escribir sus cartas que atravesarán los océanos del mundo, y ella se quedará allí en su rinconcito natal como una novia blanca, sintiendo que un muro le aprisiona la garganta, desgarrándola hasta el último aullido. Son cartas y mensajes salidos del alma que volarán en las alas de la imaginación y de la ilusión más pura a muchos kilómetros de distancia geográfica y en los que quisiera ella meter su corazón para volar hacia el ser amado.
Un amor inconcluso
Hoy quiero escribirles sobre esos amores que se dan a través de la distancia, amores que se vuelven inmensos, amores fuertes que saturan el pecho de suspiros y los hace desear tener alas y volar a su encuentro para abrazarles y probar a qué saben sus besos.
Les contaré una historia real de dos seres que se conocieron un día por Internet y se enamoraron perdidamente, luchando contra todo y contra todos para conservar ese sentimiento que nació y se volvió gigante, como esa ola que abraza la arena y le llena de fresca sensación…
Amar en la distancia
El amor no tiene formas, no tiene tiempos, no tiene limites. Cuando llega, no importa donde te encuentres, se aloja en ti y sólo debes saber cómo retenerlo y cuidarlo.
Nunca sabemos qué nos depara el día, y un día de esos en el que todo te sale mal, en el que no estás contenta con tu vida, sin pensarlo ni saber porqué encendemos el computador, nos metemos en una sala de chat, algo muy inocente de primera… y sin sin querer o sin pensar en ello, nos vemos envueltas en las redes del amor.
Amor secreto… amor de Internet
¿Quién no ha tenido un amor secreto?
Ese amor que te llena el alma, que te da ganas de vivir cada día hasta el último momento…
Un amor secreto siempre es lindo, porque no tiene la responsabilidad de un amor que se nombra a la luz del día, esos amores que tenemos guardados en un rincón del corazón, de esos que nombramos a voz bajita para que nadie los sepa.
Aún sueño contigo
Cuantas veces hemos pensado en ese amor que se ha tenido, y por motivos que muchas veces no comprendemos, no pudo ser, o
Esta es la historia real de una amiga:
Tu amor era lo más importante para mí, te conocí a través de Internet, ¡y cuántas horas lindas pasamos entre chat y chat, postales, regalos que nos enviábamos y que nos hacían muy felices!
Todas mis noches y mis días eran para ti, todas esas ilusiones las soñamos juntos, planificando un hogar y una vida común. Todo era un bello sueño de amor. Yo lejos de ti, con un continente que nos separaba, pero no nos importaba porque eramos el uno para el otro.
El amor cibernético
Muchas nos adentramos en el mundo cibernético, ese mundo alejado de la gente real que está a nuestro lado; buscamos amistades, conociendo tantas personas, muchas veces para expresar nuestro sentir, ya sea abarcando el mundo de la poesía, del tan sólo leer, o tal vez lo tomamos como una manera de distraernos de las cosas cotidianas de la vida, para alejarnos del estrés.
Y al paso del tiempo vamos conociendo personas afines a una, amistades que se van convirtiendo en algo normal en nuestra vida, amigas sobre todo de quienes hablamos en nuestra mesa a la hora de comer, las llevamos siempre presentes como si estuvieran cerca de nosotras sin importar que miles de kilómetros nos dividan entre esas personas y nosotros.
¿Por qué no me llamas?
Siempre estoy esperando que me llames, pasan las horas y nada sé de ti, me duele mucho vivir así, en la incertidumbre de saber si me llamarás o no…
Y así hay muchas historias, estamos pegadas a los teléfonos esperando recibir una llamada de esa «persona» que ocupa todo nuestro tiempo y nuestra cabeza.