A veces los hijos son muy dependientes de su madre, tanto así que decimos que sufren de mamitis. ¿Es eso realmente malo? Lee, tu opinión podría cambiar:
Nada es para siempre
Hemos crecido siendo educadas en la cultura del apego, en la visión de que todo es permanente, y desde ahí aprendimos a aferrarnos a cosas, personas, vínculos, recuerdos y creencias.
Pero a veces no es tan bueno estar aferradas y apegadas a las cosas y personas, también puede convenirnos aprender a ser más desapegadas… pues nada es para siempre.