Hay momentos de la vida en las que nada sale bien, todo va mal, sólo hay sufrimiento y no hay salida a la vista.
Ante una adversidad así, sólo queda la fe, creer que las cosas pueden cambiar, creer en ti misma, en tu capacidad de salir adelante forjando tu propio destino.
Ese pequeño acto de fe puede hacer la diferencia. Cree, ten fe, la vida cambiará si tú lo crees así.
Hay personas que parecen totalmente incapaces de recibir crítica alguna, ni siquiera una crítica constructiva, con la sincera intención de ayudarles y a que estén mejor. ¿Estás en una relación en la que tu pareja no te escucha? ¿Tienes un amigo o amiga que no parece capaz de recibir crítica alguna sobre algo que te inquieta?
¿Quieres transformar tu vida? ¿Tus resultados? ¿Tus relaciones? Es simple. Debes renunciar al hábito de ser la mujer que hoy eres.
Renunciar es abdicar, es decir «basta» a tus pensamientos, a tus manías, a tus miedos, a tus postergaciones, a las historias que te cuentas para no hacer las cosas.
¿Nadie se enamora de ti? ¿Sientes que no eres especial, que nadie te quiere por ser como eres? ¿Temes que nadie te pueda querer?
