Qué triste es pasar toda una vida suspirando por ser quien no eres. Imagínate, llevas décadas soñando ser más delgada, más deportista, más enérgica. Año tras año soñando ser más extrovertida, más divertida, más asertiva. Toda una vida insatisfecha con tu personalidad, o sin darte cuenta de tus logros, sin valorar la única y especial persona que sólo tú eres.
Imagínate qué desperdicio estar pensando así… ¡Es como si fueses la luna y aún así estuvieses soñando con ser una simple estrella!
Constantemente nos comparamos con otras mujeres que consideramos mejores, más afortunadas, favorecidas y bellas…
Mejor intentemos aceptarnos como somos, querernos, amarnos y tratar de mejorar en lo que realistamente podamos.
Ninguna mujer debería preguntarse “qué tiene ella que no tenga yo”,
Todas las mujeres tenemos algo que nadie te lo puede quitar excepto tú misma: LA DIGNIDAD, que cuando la perdemos, perdemos todo. Eso jamás lo permitas.
Las mujeres tendemos a ser críticas las unas con las otras, como si estuviésemos compitiendo por algo, incluso por nosotras mismas. A veces podemos llegar demasiado lejos, y tener amigas así puede resultar perjudicial…