He estado pensando acerca de la oración…
Pienso que muchas de nuestras oraciones, súplicas, y ruegos a Dios, no tienen mucho sentido… precisamente porque generalmente le estamos pidiendo a Dios algo que ya quiere darnos.
(Artículo en perspectiva cristiana) Cuando sientes que ya no puedes más… cuando sientes que los problemas te rebasan y abrumada y cansada dices “Dios me abandona”, “ya no creo en él”… nuestro padre bueno te susurra al oído… “yo sí creo en ti”. Y así es, aun en las peores tormentas siempre existe alguien que nos toma en sus brazos justo cuando sentimos desfallecernos.
Artículo de Lisania Meléndez-Rhoton, llegado a través de Brisita:
Vivimos en un mundo obsesionado con la belleza. Doquiera miramos, encontramos un bombardeo casi constante de publicidad con titulares como «Pierde X kilos ( o libras) en 3 semanas», o «Cómo ser más atractiva con la dieta del limón ( o del tomate, o del pepino…)». Por alguna razón que no entiendo, a través de los años se ha equiparado el ser bella con ser delgada, o ser alta, o tener curvas, y mil cosas físicas más. Tanta es la obsesión que en muchos lugares están comenzando a dar talleres sobre la prevención de enfermedades relacionadas con la alimentación (bulimia y anorexia)… ¡a los niños de primaria! O sea, que cada vez son más jóvenes los que comienzan a preocuparse por dar la talla frente a los cánones de belleza que impone la sociedad.