El amor puede ser un camino con altibajos en el que, a veces, sentimos que damos más de lo que recibimos. Pero, ¿y si aprendiéramos a amar sin esperar tanto a cambio?
No soy valorada por mi esposo
En ocasiones nos enamoramos del hombre perfecto y él de nosotras. Es algo maravilloso… hasta que, en algunos casos, después de un tiempo de estar casadas con él, deja de ser aquel maravilloso hombre que creímos ver.
El príncipe azul te salió rana, o lo que es peor, ahora es un hombre que ni te mira ni te trata bien, siempre está discutiendo y criticando todo cuánto haces o dejas de hacer…
Nuestro desgaste por tratar de hacer feliz a otras personas
Muchas veces nuestras relaciones se ven afectadas por la pena y la desdicha, una lucha constante para que las cosas funcionen entre los dos.
Para que una relación funcione ambos deben de poner de su parte, y es frustrante cuando no sucede así, cuando pese a todos los esfuerzos la otra parte no hace nada. Sentir que sólo tú estás luchando por la relación supone un desgaste tanto físico como emocional.
La Decepción
Es horrible sufrir una decepción,
especialmente algunas. Hay decepciones que no sabemos llevar bien, es algo doloroso que tarda mucho en irse de nuestras vidas.
La decepción es una de esas cosas que cuesta mucho enfrentar, está ahí… esperándote. Lo dejas para mañana, para el siguiente, y te vas dando excusas…
La rutina del amor
Era una de esas tantas veces que discutíamos sobre cosas sin importancia, hablábamos de trivialidades, y así nos debatíamos en banalidades.
Siempre a la espera de la ansiada hora para salir a mi trabajo, tú para el tuyo donde pasarán las horas estrepitosamente, y tú, inmutable sentado en la oficina mirando tras la ventana la cotidiana vida, sin hacer nada por cambiar la misma rutina.
Tú preocupándote de leer el periódico para ver el deporte, primero el baseball, luego todos los demás, aunque ni lo entiendas, es sólo costumbre como toda tu vida que se basa en costumbres.