Suena paradójico, pero para ser feliz sólo hace falta tomar la decisión de serlo.
Así de sencillo: La felicidad no depende de terceros, de cosas materiales, fama o relaciones. La felicidad depende de una actitud interior ante la vida, de una decisión personal.
¡Si yo quiero ser feliz, seré feliz! Soy mujer, tengo capacidad de sobra para serlo por mi propia cuenta.