Dice un dicho muy gastado por allí amigas queridas: “Amar, cuán bello es amar”, y tiene razón, porque amar es la causa o razón más poderosa que tendría una mujer para armar mil formas de querer y hasta de inventarse amores de necia fantasía y montarlos en castillos construidos en el aire, rodeados de hermosos jardines de ilusión, pero…
No importando cuán efímero sea el momento, hay mujeres que les gusta vivir dentro de esa burbuja tan frágil, endeble, delicada, riesgosa y a la vez peligrosa para atreverse a forjar sueños de cristal