Era una tarde hermosa, buena brisa, buen ambiente, lista para ejercitar mi cuerpo y calmar mi mente, en términos normales un atardecer perfecto.
Sin embargo yo tenía la mente puesta en otras cosas, mi cuerpo estaba presente, pero mi mente no: Pensaba en otras cosas, los problemas de la vida, familia, trabajo y dinero… Podría estar disfrutando del momento, del maravilloso escenario que había frente a mí, y sentirme agradecida por la grandeza del universo… pero no.