Muchas veces caminamos por la vida sin dejar rastro, sin dejar huellas, y no porque seamos malas personas sino porque siempre estamos tan metidas en nuestras preocupaciones que nos olvidamos del resto de los que nos rodean.
Estamos lejos de los problemas de nuestros padres, nuestros hermanos, nuestros hijos, nuestros amigos, y poco a poco nos vamos olvidando de que un simple gesto de amor, una palabra de aliento es lo más importante para aquellos que ignoramos.