Un pajarito mensajero trajo un correo personal donde se hacen serios cargos a nuestra casita virtual ¿qué raro no? veamos de qué se trata:
Nos tachan de mujeres calculadoras, manipuladoras y revoltosas, que éste es un sitio de feministas alzadas
Me refiero enfáticamente al estatus de la mujer en general frente a las miradas, deseos y pasiones desmedidas del hombre que se siente el más macho en el tiempo y a través de todos los tiempos.
Hace unos días tratamos el tema de lo que hablábamos las mujeres, y el resultado es que las mujeres hablamos de lo hombres, alguna otra cosa como de los niños… para una vez más 🙂
Bueno les contaré algo que les va a asombrar, leyendo y conversando con amigas y amigos, he descubierto que los hombres no hablan de nosotras.
¿Cuál es el mejor ejemplar,
diseñado para la mujer?
Es el hombre que hasta sin querer,
del amor nos da sus frutos.
Con sus tantos atributos
llenan nuestras espectativas
colmando de fuerza viva
nuestra sagrada paciencia.
Tenemos variadas especies
el poeta amante y soñador
que con sus letras de amor
nos llenan de su efervescencia.
Tenemos también el osado
que nos invita a bailar,
el cansado y el callado
que nos hace adivinar.
Hola mis amigas:
Dicen que los hombres son cazadores por naturaleza, aquí va una historia a ver que opinan:
Llevo muchos años con una pareja y siempre le he perdonado en silencio el poco respeto que tiene hacia mí.
Cuando vamos a un restaurante a cenar no para de mirar a las mujeres que están a nuestro lado. Cuando vamos por la calle no deja de poner su mirada en el trasero o los pechos de alguna chica, y eso me hace sentir muy mal, no me siento atractiva, me siento muy mal. No digo nada porque ya estoy cansada de pelearme con él.
¿Hay que expresar lo que una siente por el otro cuando éste no tiene el menor interés?
Hola amigas, aquí vamos al ataque de nuevo…
Ay, los hombres me saldrán odiando por esto…
Es de noche, estoy mirando la TV, a mi lado mi compañero está mirando sus partidos, sus programas que nunca coinciden con los míos…
Me hace la pregunta del día, “¿cómo has estado?”.
Y sin esperar a que le cuente lo que me pasa, me dice, “¡Ah, que bueno, hoy es el día del partido de mi equipo favorito!”