La sinceridad es buena, pero debe ir acompañada de la prudencia.
Seamos prudentes a la hora de hablar y escribir en nuestros muros personales. Nos evitaremos muchos problemas y nos percibirán como más consideradas, amables y maduras.
Por mucho que intentemos vivir vidas honestas y tranquilas… parece que nunca faltarán personas deshonestas que llegan para romper nuestra paz, manipulando la verdad, y contando mentiras…
El tiempo nos enseña que es más sencillo ir con la verdad por delante, que ir dando explicaciones…
Cuando inventamos pretextos o contamos la verdad a medias, suele pasarnos que después de un tiempo ni recordamos por qué no podemos decir la verdad: Para mentir hay que tener muy buena memoria, y a la larga siempre trae consecuencias.
¿Cuántas veces te has preguntado por qué, si amas con plenitud a tu pareja, le haces sufrir?
Sabes perfectamente que él te ama, pues te lo demuestra de mil maneras… sin embargo, con el paso del tiempo, sólo con verle sonreír ya te incomodas. Es como si en lugar de amarlo, ya ni te agradara. Él fue el amor de tu vida, pero hoy no sabes si le amas…
Para ser fuertes, respetadas y admiradas, vayamos siempre con la verdad por delante.
Pero con cuidado, no utilicemos la verdad para dañar a los demás (hay cosas que aunque sean ciertas sólo se dicen para dañar).Â
Seamos mujeres hermosas por dentro y por fuera. Que nuestras vidas se envuelvan de verdad y honestidad, y dondequiera que vayamos, busquemos transmitir alegría, fuerza y paz.
Muchas personas utilizan máscaras para el alma y el corazón
Son personas que simulan ser lo que no son, sentir lo que realmente no sienten. Personas cercanas a nosotras pueden llevar estas máscaras, y a veces tristemente nosotras mismas. Pero estas máscaras no representan la realidad, y el hechizo mágico sólo funciona un tiempo. Mejor nos sería tener seguridad en nosotras mismas.