Hay muchos motivos por los que no merece la pena ser amante de nadie. Aquí tienes una lista de 10 razones, ¿se te ocurren más?
El síndrome del arrepentido
Tras ser pillados tras una infidelidad, los hombres siempre se arrepienten. Es lo que podríamos llamar, “el síndrome del arrepentido”. Vuelven con flores y llantos, suplicando perdón, convencidos de que su mujer es lo mejor que les ha pasado y que nunca más volverán a hacer algo así… Â o eso dicen.
Solo quien no te merece te traiciona
Uno de los dolores más grandes que podemos sentir es el ocasionado por la traición de una persona que amamos intensamente, puesto que no nos explicamos el porqué nos lastiman cuando hemos entregado lo mejor de nuestro ser sin restricciones ni exigencias.
Hay tantos sentimientos encontrados, y tantas preguntas sin respuesta, que de repente nos damos cuenta de que nos estamos ahogando en nuestras propias lágrimas.
La tentación de los amores prohibidos
Hay amores que tenemos que esconder, que no pueden ser compartidas y lucidas con los demás… los amores prohibidos.
Esos amores suelen ser vividos de forma apasionada, con la emoción inicial de la clandestinidad… pero con el tiempo, acaban trayendo amargura, silencios, y lágrimas. Los amores clandestinos nos roban la tranquilidad, y siempre nos dejan con dudas y preguntas sin respuestas tales como: ¿Merece la pena sufrir por el amor de alguien que en realidad no nos pertenece? ¿Vale la pena tanta pena?
No hay heridas de amor, ni amor que hiere
¿Cuántas veces sentiste un dolor desgarrador y profundo?
¿Cuántas veces el enojo cegó tu mirada hasta verte envuelta en llanto y furia?
¿Cuántas veces se te estrujó el alma y caíste rendida?
Quizás muchas.
Tal vez, pocas.
Incluso basta con una…
Pero si alguna vez amaste y pudiste sentir que el amor no estaba a tu favor y que te lastimaba, entenderás que esas heridas de amor, no son de amor.
Con el tiempo aprendes a ignorar el daño
Tu ex te hizo daño, mucho daño. ¿Cómo seguir la vida con tantas heridas? ¿Cómo comenzar una nueva relación? ¿Y si no le puedes olvidar? ¿Y si, pese a todo, aún piensas en él?
“El amor no se acaba sólo con decir adiós…
Lo cierto es que, cuanto menos te tengo más te recuerdo. Quiera olvidarte, pero cuanto más lo intento, más permaneces en mi mente.
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Me pregunto si algún día por fin lograré ignorarte, dejar de pasar tiempo mirando las redes sociales a ver qué haces, o curioseando a ver quien ocupa hoy tu corazón…
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Está visto que olvidar no es fácil, porque, aunque me hiciste daño, por algún motivo sigo buscando noticias tuyas.”
¿Somos platos de segunda mesa?
Cuando un hombre nos es infiel nos sentimos despreciadas y engañadas. Preguntamos ¿y quién es ella? y automáticamente la convertimos en nuestra enemiga.
“Por culpa de la amante perdimos el amor y la fidelidad de nuestra pareja. Ella le engañó.”
O eso pensamos… porque realmente, la culpa no es de ella. Ambas somos victimas: ha sido el hombre quien ha fallado, quien no ha sabido cumplir sus promesas, ha sido él quien ya no nos merece. Es él quien debiera ser considerado un plato de segunda mesa, y bastante malo por cierto.
La infidelidad emocional
¿Qué es la infidelidad emocional?
No toda infidelidad es sexual, corpórea o física. Hay otra, que para muchas mujeres es tremenda e inolvidable, y en ocasiones incluso duelen incluso más: las infidelidad emocional. Duele más porque se sabe menos, se presiente, pero no dejan huella —“al menos no tan estridente, evidente e indecorosa.
Dice que me ha sido infiel por error, que no era su intención
Como mujeres amantes de nuestros hogares, siempre estamos buscando la mejor manera de preservar a nuestra familia intacta, o de seguir adelante con los planes de empezar una familia… sin embargo los esfuerzos tienen un límite y nos guste o no, no existe una forma mágica que nos ayude a evitar las infidelidades. Se dice que el corazón no nos miente, sin embargo muchas veces ignoramos esas “corazonadas” y seguimos en la relación, con la esperanza de que el infiel se dé cuenta por si solo del daño que está causando, aunque a la hora de la verdad, ni siempre se da el caso.