Difícilmente se nos pasa un día sin escuchar alguna queja de infidelidad, y dicen que cada hogar es un mundo. Pues si de “mundos” se trata, cuidamos celosamente el nuestro para que nadie nos lo dañe. No queremos sufrir ninguna infidelidad en nuestras vidas.
¿Por qué entonces permitimos que entre un extraño en nuestro mundo?