Nos cegamos por amor, muchas veces siendo incapaces de ver los fallos de nuestra pareja, justificándole y perdonándole una y otra vez.
Pero quien nos lastima no nos ama. Si un hombre te ama de verdad, no te hará daño alguno.
Si te lastima no te aferres a él, reivindica tu derecho a la felicidad, al amor verdadero, y déjale, que quien te daña no sabe valorarte y no te merece.