Parece que siempre seamos las mujeres las que nos quejamos de que no se nos ha valorado, que suframos injusticias, abusos y maltratos… ¿Pero qué pasa con los hombres que se encuentran en la misma situación?
Sabemos que como humanos, los principios, valores y todo sentimiento no le pertenece sólo a la mujer, siempre he dicho que las lágrimas y el dolor no son privilegios femeninos, no están reservados sólo a las mujeres, como tampoco está reservado sólo para la mujer el maltrato físico y psicológico.