Es increíble como puede pasar el tiempo sin apenas darte cuenta, sin percibir los cambios que hay en tu vida: Te casas, tienes hijos, tu esposo ha cambiado complemente contigo y tú has dejado de ser la chiquilla con la que él se casó, aquella que siempre estaba linda, arreglada, con las manos y pies recién pintadas, sin tanto estrés encima de la casa el trabajo los chicos.
Las cosas pueden cambiar tanto como para que no sientas orgullo de ser mujer, y más bien lo veas como una carga que has de llevar sobre ti. Pero eso no debiera ser así.