En la vida hay dos clases de personas, las que miran la vida con esperanza y las que lo hacen con pesimismo.
Una cosa es ser realistas en la vida, conocer nuestros límites, y otra muy diferente es imponernos límites por nuestro pesimismo, “realismo”, y desencanto con lo vivido.
Es mejor ser y estar junto a los primeros, personas que sueñan y son capaces de luchar por sus sueños y metas en la vida.