La disciplina es buena, nos ayuda a alcanzar nuestros sueños, nos motiva y nos hace crecer como mujeres valiosas.
Podemos ser más que mujeres de buenas intenciones: podemos ser mujeres que logran todo aquello que se proponen.
La disciplina es buena, nos ayuda a alcanzar nuestros sueños, nos motiva y nos hace crecer como mujeres valiosas.
Podemos ser más que mujeres de buenas intenciones: podemos ser mujeres que logran todo aquello que se proponen.
Hay etapas de la vida en las que pasamos por dificultades para relacionarnos con los demás… Es más, son etapas en las que nos parece más bien que todos tienen problemas con nosotras, siempre tienen algo que opinar y objetar.
Eso es que estamos teniendo dificultad para relacionarnos. Tenemos que intentar ver las cosas desde otra perspectiva, respetar las opiniones de los demás, tolerar las diferencias y relajarnos un poco…
En el matrimonio y en la pareja somos un equipo.
Para que la relación funcione debemos apoyarnos, no sólo en lo privado sino también delante de los amigos y familiares.
Intentemos no ridiculizarnos en público, resolviendo nuestras diferencias de opinión en lo privado. Así la relación será mucho más llevadera y placentera.
Las mujeres estamos llenas de complejos, normalmente de inferioridad pero también las hay con complejo de superioridad…
Los complejos nos limitan, nos impiden disfrutar de quienes verdaderamente somos.
Intentemos evitar exponer nuestros complejos, no intentemos provocar lástima de los demás y brillemos por nuestros pensamientos positivos. Somos mujeres valiosas y podemos superar nuestros complejos.
Hay mucho que queremos y no obtenemos de nuestros matrimonios. Nuestras relaciones de pareja no son perfectas y quisiéramos recibir más…
Pero para recibir hay que aprender a pedir, procurar que la relación sea como de amigos, en las que nos escuchamos y hablamos las cosas. Debemos dar y escuchar si queremos ser recibir y ser escuchadas. Si lo logramos disfrutaremos más de nuestra relación.
Es algo que debemos practicar a diario en nuestras vidas para que sea un hábito que nos consolide como mujeres sensatas.
Seamos mujeres que saben dialogar, eso habla bien de nosotras.
La vida casi nunca es como quisiéramos, está llena de desilusiones, decepciones, traiciones y nuevos problemas que llegan cada día.
Podemos vivir enojadas, recordando en cada momento el infortunio de nuestras vidas, y tendríamos justificación para pensar así.
Pero con un enojo constante no podremos ser felices, y ¿qué mas da que no todo sea como quisiéramos? Dejemos el desánimo de lado y vivamos la vida en plenitud.
Cuando nos casamos lo hacemos enamoradas, ilusionadas, esperando disfrutar felizmente los años junto a nuestro esposo…
No es realista esperar que cada día sea coser y cantar, habrá días de coser y llorar.
El amor puede perdurar, pero las fantasías se han de borrar. El amor verdadero destinado a durar se construye desde la realidad.
Según avanzamos en la vida nos enfrentamos a nuevas cosas que se espera de nosotras… vernos flacas, bonitas, jóvenes, aceptar infidelidades, callarnos cuando quisiéramos gritar, casarnos y mucho más…
¿Por qué las aceptamos como tal? ¿Por qué decimos “tengo que…” cuando no son cosas que libremente escogimos?
Si tu ex te traicionó, te falló, te hizo daño y se portó mal contigo es muy posible que le odies y no le puedas ni ver ni en pintura…
Pero piensa en lo positivo, gracias a él ahora eres una mujer más fuerte, has aprendido a valorarte y ya nunca más caerías en las manos de alguien que valga tan poco como él.