Toda mujer merece igualdad de oportunidades que los hombres. En teoría tenemos los mismos derechos, pero no siempre los podemos disfrutar.
Para que la igualdad sea definitiva, no sólo las leyes deben imponerse, sino que también se ha de educar y enseñar a los más jóvenes el concepto de igualdad. Esa es una responsabilidad que debemos asumir si queremos disfrutar de nuestros derechos.