Cuando cumplimos los 40 años sentimos que llegamos a la línea que divide la vida de una mujer en todo “lo que fue y lo que será”.
Llegar a los 40 nos da cierto pánico, “que los glaciares del Olvido me arrastren y me pierdan despiadado…” (Jorge Luis Borges).
Pero cada vez hay más mujeres que aprendemos a ser felices con la edad que tenemos.