La mujer por naturaleza es una romántica y una soñadora incorregible. Gusta de hacer castillos en el aire y colgarse de las nubes del cielo para hacer piruetas que ni ella misma se imaginaba con cuánto éxito llegaría a darle vida a sus sueños más hermosos en el Don de ser mujer.
Pero hay sueños que suelen ser y resultar demasiado costosos, un precio que no todas las mujeres del mundo están dispuestas a pagar y mucho menos cuando el amor propio va de por medio y les es lastimado.