Hoy hablaremos de belleza y de algo que nunca debemos permitirnos:
tener mal olor.
Para algunas ahora comienza el calor del verano, y para otras el triste invierno.
Yo soy muy maniática con los olores, no hay nada que me enferme más que subir al autobús o al taxi y sentir olor a transpiración.
Eso me enferma, pero de verdad que sí, una vez por esta causa hice que el taxi se detuviese. Estaba tan mareada por el hedor como si hubiese subido a una montaña rusa. 😉