A veces los hijos son muy desagradecidos con sus padres, incluso en su etapa adulta, cuando se esperaría de ellos una mayor capacidad de apreciar lo que sus padres hicieron para ellos.
Bien es cierto que hay padres que no han sido ejemplares, pero incluso los mejores padres, los que más han sacrificado por sus hijos, los que más han luchado por darles oportunidades que ellos mismos no tuvieron… también pueden tener hijos muy ingratos.