¿Recuerdas algo que te dijeron tus padres, que te ha afectado toda la vida? ¿Tal vez decían que eres tonta, y te lo creíste? ¿Que nunca lograrías nada en la vida por ti misma, y por muchos años ni lo intentaste? Las palabras de nuestros padres pueden marcarnos de por vida, tanto para bien como para mal.
Ya sabemos que criar hijos puede resultar bastante difícil, a veces. Habrá momentos en los que nos sintamos defraudadas, molestas, cansadas, irritadas o cien por cien enfadadas. Aun así, es nuestro deber vigilar nuestra lengua y no permitirnos decir nada hiriente. Nuestros hijos no se merecen ser tratados con desprecio en ningún momento.
Aquí hay una lista de cosas que jamás deberíamos decirles.