No deberíamos juzgar a los demás… pero a veces tenemos que hacerlo. ¿Cómo hacerlo correctamente? ¿Cómo juzgar sin prejuzgar? ¿Es siempre malo juzgar a los demás?
En la vida hay más de una sola verdad: la tuya y la de la otra persona
He comprendido que en la vida hay más de una sola verdad: la tuya y la de la otra persona; ambas son válidas porque cada quien tiene la suya, por eso antes de juzgar, siempre mira también hacia el otro lado. No todo es tan blanco ni tan negro, en toda persona está siempre el querer agradar a todos, pero también me he dado cuenta que eso es imposible.
Cosas de hombres y mujeres
Una mirada hacia los prejuicios que nos separan.
—¢ Ellos son: Infieles, mentirosos, vagos, indiferentes, apáticos y más…
—¢ Ellas son: Difíciles de entender, posesivas, celosas, histéricas…
Tanto los hombres como las mujeres tenemos prejuicios el uno acerca del otro, y eso puede estar jugando en nuestra contra, haciendo que nuestra relación sea más complicada de lo que debiera ser…
Juzgamos sin conocer
Cuando alguien nos habla mal de otra persona y nos cuenta cosas horribles de ella o él, sucede que si en algún momento tenemos la ocasión de conocer, tenemos una idea preconcebida de cómo es que afecta nuestro modo de verle.
Nunca hemos visto a esa persona, jamás la hemos conocido… y sólo porque alguien dijo que era de esa manera le juzgamos y no miramos con buenos ojos el conocerle.
Prejuicios de mujer
Vamos a tratar hoy amigas queridas, un tema interesante que nos llevará a recordar algunos aspectos importantes que toda mujer debe tomar en cuenta antes de anticiparse a asumir el papel de víctimas, en vez de victimarias.
Me estoy refiriendo enfáticamente a los “Pre-Juicios”, que son pensamientos y supuestos anticipados a los hechos, pero con un trasfondo delicado, que de manera imprudente o deliberada, algunas mujeres se atreven a remarcar como una SENTENCIA, adjudicándolos como hechos reales, sin tener elementos suficientes para rebatirlos, ni pruebas contundentes con las cuales puedan demostrar aquello que están “carburando” en la cochambrosa madeja de hilazas enredadas de la mente. ¿Por qué no decirlo así?… Total… ¿qué más da?, si de alguna manera tenemos que decirlo.