Hoy día, como siempre, la violencia  de género es moneda corriente. Se deja ver en la calle, en la televisión, en las escuelas y, en el seno de la familia. No es nada nuevo, las abuelas y bisabuelas también la padecieron en silencio y soledad.
La violencia de género, a modo de g golpes e insultos que menosprecian y sobajan a una mujer, siempre está presente. Los gobiernos e instituciones intentan combatirlo, pero somos nosotras mismas, las mujeres, las que debemos estar atentas a prevenirlo. Para ello, primero tenemos que saber descubrirlo, y a ser posible identificarlo y rechazarlo antes de que llegue a nuestras vidas.