Valoremos lo que sí tenemos, abramos los ojos a las cosas que realmente importan y no nos dejemos llevar por la amargura. Es mejor enfocarnos en lo bueno que obsesionarnos con lo malo.
Valoremos lo que sí tenemos, abramos los ojos a las cosas que realmente importan y no nos dejemos llevar por la amargura. Es mejor enfocarnos en lo bueno que obsesionarnos con lo malo.